viernes, 20 de agosto de 2010

Por ejemplo

Por ejemplo, me gusta el mar, amplio y profundo...
Cabe horizontalmente
en cualquiera de los silencios que me arranca por las tardes
al mirarle.

Me gusta, en la orilla, el abandonarme a la contemplaciòn de las piedras mojadas
cual me gusta dejar escapar la arena
en millares de granos que se escurren entre mis dedos
llevados por el viento.

Me gustan las calles eternas
cuando se caminan sin prisa por llegar a ninguna parte
tan solo mirando a la gente
como si a la primera puerta
uno pudiera llamar y pasar a conversar con alguien
que escondiera un ser profundo y maravilloso.

Por ejemplo
me gusta tambien
quedarme solo
y estar cansado
y tener frio
y no sentirme extrañado
para caminar y perderme en la noche
como otro taciturno ente
transeunte errante
de la solitaria madrugada.

Por ejemplo...
me gusta tu mano
y tu pelo...
tu aroma...
y si te quedas callada y me miras
yo te miro
y me siento lleno de amor
henchido el pecho
como el de una paloma.

domingo, 15 de agosto de 2010

Michael en la mesa a lo lejos de la familia que està cantando Happy Birthday

Michael solo en la mesa....
vamos vamos
Mike.
Miky
ven vamos a cantarle cumpleaños a papá
... todos van.
 Yo no quiero parame
sé que sería lindo pararme e ir y cantar.
Pero a mi me molesta cantar. No estoy de humor
Eso es ser egoista?
mi mamà me quiere
Aunque ya no sea un niño
Mi padre me quiere...
Mis hermanos me quieren
Sony me reprendiò por unirme al ejèrcito...
dice que irè a luchar por un paìs que no es mi paìs... el no entiende...
Que cante con todos? No... Si todos cantaràn. Yo porquè debo hacerlo? mi voz es una voz en medio de las voces..y no quiero hablar...quiero estar pensando. Quiero tener los labios pegados.
...
pero aqui..en la sombra...detràs del cumpelaños feliz y lejos de las risas y los abrazos y los aplausos
aqui en esta parte oscura y alejada de la sala..
en la mesa del comedor
aqui sólo y pensando
aqui es mi mundo
aqui está mi silencio
A veces cantè cumpleaños feliz
pero siempre fue por cariño que me sacrifiquè... quise cantar... pero nunca quise irme del rincòn oscuro. Nunca.
Hoy no lo he hecho. Escucho las voces..la alegrìa. cerca de mi... pero yo he elegido estar en esta parte del universo... esta parte al borde de la mesa.
Al borde de la playa y el silencio
estoy callado.
¿En que piensas?
Michael?
Michael?
...
- Amor... Jose?
- ah? Què?
- En que piensas?
- En nada. En pocas cosas...muchas... nada impactante. Estoy aquì... mirando el abismo.

jueves, 5 de agosto de 2010

Mi Sol, mi sexo.


mi sol, te veo sobre las sábanas tibias
ha transcurrido la noche entera
el frio nos ha rodeado
pero nosotros nos hemos abrazado y el calor se ha guarecido entre nuestros cuerpos

mi sol, te veo despertar
poco a poco estirarte
ha transcurrido la ansiedad de mis caricias
sobre la suavidad de tus anhelantes nalgas
primero por tu espalda de ensueño
luego por tus caderas del aberno
el frio nos ha rodeado
pero nosotros nos hemos abrazado y el deseo se ha ocultado entre nuestros sexos
ya se acerca
ya te siento.

Son las seis y cuarenta de la mañana.
tu te volteas
yo ya estoy adentro
pasan las nubes
y siento tu jadeo intenso.

frase encontrada

"El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla".

BROWNING, Robert

El samurai. La samurai del desierto.


La máscara de suciedad no se ha quitado de tu rostro maldito amigo mujer, maldito amigo mujer.
La máscara de polvo no se ha quitado de tu piel querida amiga de ayer.
No importa si caminaste por el desierto y tuviste una mano amiga, una mano amante, o si andaste entre mercaderes y beduinos.
Tu anduviste caminando por el desierto y el polvo ocre,
la tierra roja y la inmundicie de la intemperie toco tus mejillas niñas,
tus manos madres
y tus pechos mujer.
Tu mirada vieja se hizo joven pero lloró...
hizo un oasis ahi mismo en el desierto.
Y esos sollozos,
esos llantos de hielo,
esos suspiros paganos a la luz de una fogata a punto de apagarse en medio de la soledad del desierto, mientras actuabas el rol de heroina,
no impidieron que la arena pegada al rostro se resistiera al paso de las lágrimas y el tiempo.


Camina sola soldado cansado.
Camina.
Camina solo hombre.
Camina indio temeroso; camina.
Camina soldado despiadado, sucio, solo, triste, agresivo, temeroso, asesino,
con el dedo en el gatiilo y el deseo entre las piernas...
muerto de frio.
Hinca tu cuchillo sobre todos los cuerpos a tu paso y cerciórate de que ninguno sea cadáver falso, esperando por ti,
listo a ponerse de pie apenas le des la espalda
para con su penúltimo brio
atacarte por la retarguardia, doblegarte, matarte y hacerse de un poco de tu preciada ración de agua.

Recuerda la laguna.
Recuerda.
Los pecesitos.
Los renaguajos.
El sol.
El sonido del agua y un chapoteo a lo lejos.
Un sapo?
El mundo?
Busca el agua. Busca el rio. Alcanza la laguna.
Recuerda.
No has perdido a nadie.
Tu eres tu.
Ese es tu nombre.

domingo, 1 de agosto de 2010

Homicida de mi corazón

Fue tan sorpresivo. Algo en mi me había dicho que no era probable que lo hiciera. Por lo demás me había descuidado, en verdad. Pero está bien.... está bien. Se trata de ella al fin y al cabo. De mi hija. Yo lo di todo por ella. Y hoy, que ella me ha asesinado, doy también mi vida por ella... lo estoy haciendo, mientras caigo... doy mi vida por mi dulce amor de diecinueve años, fruto del amor de mi esposa y mio.
Fui a su dormitorio a besarle la mejilla o la frente, como cada noche, antes de acostarme. Entré y la vi plácidamente dormida, bañada por la luz amarillenta del tibio hogar, resguardada por las paredes de esta casa, de este lugar seguro en el medio del mundo, que mis manos construyeron hace tantos años. Casi ni pensé en ese momento en que horas antes habìa tenido que fingir un modus operandi inexperto al perpretar un homicidio de urgencia, para asi dar a la policìa la impresión de que este fuera parte de una serie de asesinatos a los cuales mi hija no pudiera ser vinculada. Esto debido a que cometí dicho asesinato tomando la precaución de dejarle una coartada segura a mi niña (estaba con su madre durante las horas que me había tomado llegar a dicha ciudad, buscar al candidato al azar y cometer el crimen ).  Casi ni pensé en esto. Maté a un hombre de la misma manera en que ella lo hizo antes: inexperta y descuidadamente. Lo hice para salvarla de la cárcel. Para que se alejasen las sospechas sobre su culpabilidad. La policía estaba sobre ella. Sólo querían asustarla y esperaban que se equivocara. Sabían que había sido ella. Lo único que hacìa falta para confirmar tales sospechas era que ella se contradijera. Ella ya había empezado a hacerlo. Con lo del auto supuestamente robado. Primero me había dicho que el BMW lo traería una amiga el fin de semana. Pero al detective le dijo que lo habían robado. ¿Recordaría siquiera ella lo que me había dicho del auto? ¿Notaría mi extrañeza al oirla decir que el auto había sido robado? Entonces supe que debía sacarla de ese callejón sin salida. Ella mató a uno. Yo he asesinado a tantos. No pude evitarlo. Finalmente me había propuesto suicidarme para escapar de mi terrible adicción. Pero no quise dejarla sola en el mundo a ella., a mi dulce hijita embarazada y en pleno descubrimiento del éxtasis que le producìa imaginarse cometiendo asesinatos perfectos y secretos. No quise dejarla sola y por eso desistì de mi plan de suicidarme.  Eso es. No quise dejarla sola. Especialmente ahora que sabía que mi ángel había heredado mi enfermedad. Mi dulce esposa lo ignoraba. Ella nos amaba a los dos. No podía saber esto. La devastaría. Era tan ruin este camino de muerte y secretos, de silencios y estratagemas para las cacerìas nocturnas. Entonces observo a mi hija mientras el policía la interroga. "Sé que lo hizo ella" - pienso. "Lo sé". "Pero ahora está a salvo, gracias a mi".  Me inclino sobre ella y la observo de cerca. Son casi las doce de la noche. Estoy cansado. La beso tras inclinarme sobre ella sigilosamente. Hay un movimiento súbito, una conmoción sorpresiva y una aguda punzada en el cuello, hacia el lado izquierdo y el pecho. De pronto me atoro a la vez que retrocedo y me trato de erguir. No puedo respirar. ¿Qué pasa? Algo en mi ya lo sabe. Ella está despierta con su pijama amarillo claro de animalitos de colores, observándome empezar a a retroceder incrédulo, estupefacto, con la tijera clavada en el cuello, desde el lugar en donde la carótida común sangra a borbotones hasta el interior del pecho, tan profundo como la larga tijera alcanza a llegar. Me mancha la sangre que sale. Mi camisa celeste ya no lo es más. Mancho las paredes, el piso, las sábanas. ella me mira extasiada, asustada, envilecida. Ha cometido su primer dulce homicidio planificado. Y soy yo. Está bien. Yo lo sabía. Y yo debo morir. Pero no pensé que a manos de ella. Vencí a todos pero ella me ha vencido. Está bien. Está bien. Mi dulce, mi querida y adorada hija. Mi hija asesina. De tal palo tal astilla. Ya muero.

momento de viento interno 1

Qué hermoso es sentirse invadido por la belleza que irrumpe en la calma del silencio, estar atrapado por el envolvente sonido de la ópera, a salvo de las tormentas y el bullicio del mundo exterior. Qué hermoso es conmoverse, sentirse capturado, no hallar la salida fundirse con el amor.

Una camelia muerta


Siento la terrible tristeza causada por, sino el peor, uno de los más terribles y dolorosos jamaces que conozco. Este dolor lo recuerda perfectamente mi corazón. Lo sufrió sangrante antes, al conocerlo. Este dolor lo presentí entonces; lo temí tanto cuanto lo supe ineludible. La muerte de Reneé. La muerte de un pequeño sol bajo el Sol. La muerte de Mozart la belleza para que naciera Mozart la leyenda del genio arrojado a una fosa común. La muerte de tantas veces la belleza frágil muriendo, abandonando la vida, yéndose, para siempre. Una lágrima caliente en el frio invierno. Un ruiseñor vuelto cadáver alado, tirado en el campo, sobre la yerba amarillenta, antónimo del frescor, del verdor y de la frescura de la vida palpitante. Y uno no puede hacer nada. Nada más que quedarse inmóvil, segundos antes de estremecerse, callado, observando.  Todos esos dolores desgarradores en  aquellos instantes en que lo sublime de un rayo solitario de belleza se marcha y el lugar donde antes estaba se torna yermo y vacuo. Todos esos nunca jamaces. Todos esos recónditos escondrijos de donde brota la sangre que abandona el corazón mio y el alma que se ofusca, compungida por la pena de ver marchar a un congénere a la tierra de los gusanos y el olvido, asi, sin más. La soledad. La efusión lacrimal. La garganta hecha un nudo que se estira con un intento brusco de salir del ápnea y cala hasta el interior de la parte alta del pecho. Ha muerto una camelia, aplastada y silenciosa. Un capullo de rosa roja yace sobre el suelo. Los pétalos aún firmemente adheridos, pero laxos en los bordes. No ví su reciente caída. No es justo. No eludo el dolor. Es justo sufrirlo. Por la muerte de la más sublime belleza.