No puedo evitar ser el aire de la tarde
querer ser el aire encima de la calle larga
pasar volando y mirar hacia abajo
cuando flota mi alma de pardo plumaje por el aire
mientras pasan los transeúntes
mientras pasa la tarde...
No puedo evitar oir la voz del barítono y la de la soprano
Haga lo que haga no puedo evitar que me afecte
Recordar una mirada y la soledad
una sonrisa en mi oscura y amurallada ciudad
y el rugir del mar...
no puedo...
las olas...
Me hacen querer meterme de noche a nadar.
Escucho las voces
las voces del mar
las voces del agua
las voces saladas
las dulces y más...
me lamen tiernas como lengüetadas de amor de perro,
las sonoras caricias de un violín que me llenan de madera y salada brisa anaranjada
como la soledad
como la soledad.
Mi calma se derrite bajo el Sol
Mi paz se llena de sudor en el desierto
Mis manos son suaves como ángeles al amanecer el Cielo
y entre tantas cosas que ocurren
tantas noches que sucumben al amanecer
sólo hay una mirada que me eleva cálidamente
desde mi morada a la suya
desde mi caverna oscura a la suya
mágica...
dulce
profunda
llena de árboles que pueblan mi explanada
como si nada.