tiempo loco
espejos de soledad
gritos de desesperanza
compañía perdida
prisión de la libertad
tengan piedad de mi pena
tengan piedad de mi amargura
que no sé cuánto dure mi paciencia
y no sé cuánto dure mi condena
pero si sé algo
es que espero que pronto los deje
en la fria tarde de invierno
cuando me vaya contento
rescatado ojalá por mi blanca paloma
y no por mi cuervo negro
sirena por mi fuera del mar
yo tomado de su mano voy caminando
compartiendo la tonada de la brisa
mientras acompaña la tarde la caida de mi fuerza
regalandole la bondad de mi cosecha
la calma de mi tiempo
y lo que queda de mi sonrisa.
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