miércoles, 24 de agosto de 2011

Sequía celestial

Cielo cielo
qué te cuesta llover un poco?
mojarme la sequedad que muere
llenarme los rios secos
besarme las playas contaminadas?

Que muerte brutal, al Sol, resecándose, un pobre cangrejo herido
mi pobre caracola arrinconada
en el fondo de su concha helada,
sola como un beso esbelto
y ninguna lágrima de nácar.

Qué te cuesta darme un beso?
caracola
caracola
yo te profeso mi silencio
te confieso mi tormento
soy tu enamorado eterno
pero sin tus besos no quiero
no puedo
ahi hago algo y yerro.

Para mi no hay agua dulce en la playa
hace frio sin tu mirada
corre el viento
me extiendo y tiemblo.

El beso es un sueño humano esbelto
que se aprisiona entre los labios enamorados
y derriten las lenguas de fuego
entre los húmedos aprietos del deseo
de aquellos que trazan el rumbo diario
nuestro sentir risueño o malsano
nuestro tono de voz
y cada letra del abecedario.

Es un cariño indispensable
como la palma fria de la mano
colocada tierna y amable
sobre los párpados calientes y cerrados

cansados los que han caminado
temerosos los que han dudado
extenuados los que se han cansado de estar agotados.

El amor es lejano
cuando no se juntan las manos
cuando no se juntan los labios
cuando no llueve en el mar
que murmulla cercano al silencio
del vecindario imaginario.

Es un cuento solitario y desolado
con un hombre seco y poco cuerdo
empolvado de desierto dorado
que en la tarde se aleja
y no hay perro cerca ladrando
no hay nadie para notarlo.

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