domingo, 30 de noviembre de 2008

Mor we can die in that yaris


Una mañana me desperté en la casa de mi Li adorada. Había dormido en la cama de Mara y ésta con Prisci, juntas en la cama que Prisci heredó de Sonita, cuando ésta se fue a vivir felizmente casada con su Miguel Àngel. Era sábado a eso de las siete y cinco de la mañana. Mi reina me avisó que ya se iba a trabajar y yo me levanté para asearme rápido en el baño. De ahí salimos en su carro sin haber desayunado (a esa hora no hace hambre y la costumbre médica desde hace años es: despiértate, báñate, vístete, ándate a trabajar rápido sin desayunar… ya después habrá tiempo para eso…quizás a eso de las once). La mañana era gris y fría pero habíamos descansado y sobretodo mi Li estaba despejada y tierna a pesar de estar algo apurada. Yo tenía que ir a Cimedic para verme con Rufus y luego ir a Dipsac a entregar informes de tomografías. Pero era muy temprano cuando mi Jaci llegó adonde debía bajarme. Le dije para ir a su trabajo y así podríamos seguir juntos durante el camino y quizás, si estando allá veía que tenía un ratito libre, podríamos desayunar algo ligero. Así yo conocía su nuevo trabajo y la acompañaba mientras llegaba la hora de irme al mío. Mi Jaci dijo que si y manejó intrépidamente, como cualquiera cuando está apurado y se convierte al volante en uno sólo con el auto. Mi jaci era una Jaciyaris surcando con destreza y rapidez las calles de Pueblo Libre. Yo me intranquilicé un poco en algunas esquinas por las maniobras audaces de mi Li. Es que yo aún no la había visto manejar apurada… solo tranquila. Cada vez que yo manejaba me decía “no vayas tan rápido”. Esta vez ella era una intrépida piloto de auto raudo que sonreía hermosa con sus lindos labios y que estudiaba concentrada la pista y el tráfico con su mirada atenta. Yo callado…sonriendo a veces…diciendo en mi mente “mierda mierda mieeeeer… biuuuuf” y poniéndome orgulloso de ver que mi Li era, manejando así, simplemente estupenda. Me sentí feliz de ver que ya no era una tímida novata al volante... ahora era una novata capa y segura de si misma. Me dio mucha alegría y miedo descubrir eso esa mañana. Luego llegamos a su trabajo y al poco rato salió de nuevo y desayunamos en una cafetería cercana. Café, pan y huevo frito. Un jugo de piña y leche para el café. Por alguna tontería que no recuerdo peleamos. Seguro fue mi culpa. O quizás fue suya. No sé. No importa creo. La cosa es que mi mañana fue hermosa sólo porque estuve a su lado. Aunque peleamos, y eso fue triste o molesto, seguramente esas son cosas que pasan… lo importante es que no pasen todo el tiempo. Lo importante es saber que siempre uno de los dos, o los dos, en una pareja, se equivocan y hieren o maltratan al otro sin querer y sin darse cuenta muchas veces. Eso no significa falta de amor… solo… falta de tolerancia en el amor y mal genio… otras cosas negativas seguro. Yo solo quiero estar junto a Jaci… hacerla feliz por siempre... hacerla reír… que sienta que yo estoy aquí en el mundo… en su vida… para protegerla, cuidarla, quererla y mimarla, y sobre todo, estar a su lado en las buenas y malas, aunque con ella a mi lado, en realidad no hay malas, solo estupendas. Esa mañana fue bonita al final de cuentas… y tomé tres fotos.

No hay comentarios: