domingo, 1 de agosto de 2010

Homicida de mi corazón

Fue tan sorpresivo. Algo en mi me había dicho que no era probable que lo hiciera. Por lo demás me había descuidado, en verdad. Pero está bien.... está bien. Se trata de ella al fin y al cabo. De mi hija. Yo lo di todo por ella. Y hoy, que ella me ha asesinado, doy también mi vida por ella... lo estoy haciendo, mientras caigo... doy mi vida por mi dulce amor de diecinueve años, fruto del amor de mi esposa y mio.
Fui a su dormitorio a besarle la mejilla o la frente, como cada noche, antes de acostarme. Entré y la vi plácidamente dormida, bañada por la luz amarillenta del tibio hogar, resguardada por las paredes de esta casa, de este lugar seguro en el medio del mundo, que mis manos construyeron hace tantos años. Casi ni pensé en ese momento en que horas antes habìa tenido que fingir un modus operandi inexperto al perpretar un homicidio de urgencia, para asi dar a la policìa la impresión de que este fuera parte de una serie de asesinatos a los cuales mi hija no pudiera ser vinculada. Esto debido a que cometí dicho asesinato tomando la precaución de dejarle una coartada segura a mi niña (estaba con su madre durante las horas que me había tomado llegar a dicha ciudad, buscar al candidato al azar y cometer el crimen ).  Casi ni pensé en esto. Maté a un hombre de la misma manera en que ella lo hizo antes: inexperta y descuidadamente. Lo hice para salvarla de la cárcel. Para que se alejasen las sospechas sobre su culpabilidad. La policía estaba sobre ella. Sólo querían asustarla y esperaban que se equivocara. Sabían que había sido ella. Lo único que hacìa falta para confirmar tales sospechas era que ella se contradijera. Ella ya había empezado a hacerlo. Con lo del auto supuestamente robado. Primero me había dicho que el BMW lo traería una amiga el fin de semana. Pero al detective le dijo que lo habían robado. ¿Recordaría siquiera ella lo que me había dicho del auto? ¿Notaría mi extrañeza al oirla decir que el auto había sido robado? Entonces supe que debía sacarla de ese callejón sin salida. Ella mató a uno. Yo he asesinado a tantos. No pude evitarlo. Finalmente me había propuesto suicidarme para escapar de mi terrible adicción. Pero no quise dejarla sola en el mundo a ella., a mi dulce hijita embarazada y en pleno descubrimiento del éxtasis que le producìa imaginarse cometiendo asesinatos perfectos y secretos. No quise dejarla sola y por eso desistì de mi plan de suicidarme.  Eso es. No quise dejarla sola. Especialmente ahora que sabía que mi ángel había heredado mi enfermedad. Mi dulce esposa lo ignoraba. Ella nos amaba a los dos. No podía saber esto. La devastaría. Era tan ruin este camino de muerte y secretos, de silencios y estratagemas para las cacerìas nocturnas. Entonces observo a mi hija mientras el policía la interroga. "Sé que lo hizo ella" - pienso. "Lo sé". "Pero ahora está a salvo, gracias a mi".  Me inclino sobre ella y la observo de cerca. Son casi las doce de la noche. Estoy cansado. La beso tras inclinarme sobre ella sigilosamente. Hay un movimiento súbito, una conmoción sorpresiva y una aguda punzada en el cuello, hacia el lado izquierdo y el pecho. De pronto me atoro a la vez que retrocedo y me trato de erguir. No puedo respirar. ¿Qué pasa? Algo en mi ya lo sabe. Ella está despierta con su pijama amarillo claro de animalitos de colores, observándome empezar a a retroceder incrédulo, estupefacto, con la tijera clavada en el cuello, desde el lugar en donde la carótida común sangra a borbotones hasta el interior del pecho, tan profundo como la larga tijera alcanza a llegar. Me mancha la sangre que sale. Mi camisa celeste ya no lo es más. Mancho las paredes, el piso, las sábanas. ella me mira extasiada, asustada, envilecida. Ha cometido su primer dulce homicidio planificado. Y soy yo. Está bien. Yo lo sabía. Y yo debo morir. Pero no pensé que a manos de ella. Vencí a todos pero ella me ha vencido. Está bien. Está bien. Mi dulce, mi querida y adorada hija. Mi hija asesina. De tal palo tal astilla. Ya muero.

2 comentarios:

Aioria90 Germán Cappio dijo...

Excelente cuento José!

Aioria90 Germán Cappio dijo...

Intentá poniendo antes del final el primer párrafo y fijate como queda. Lo digo para que no cortes de entrada el suspenso de la trama. Gracias