jueves, 24 de noviembre de 2011

Introducción al silencio

arrojé una piedra al estanque
esa noche de sol
mirando marte
bajé la mirada al estanque
hasta acariciar con la mirada el punto donde se había hundido la piedra
las ondas peristálticas del agua venían hacia mi
todas con sencilla visceralidad
yo sentía sus ganas de tocarme en la orilla
y mientras notaba el mundo lejano de los hombres
yo me enfriaba en el mundo de los muertos
el agua ya casi no me mojaba
yo pensé que era una grulla cercana
con su cansino gruir nocturno
antes de dormir
no pensé que eran los rezagos de mi humanidad los que sonaban
mientras se iban desmaterializando
hasta hacerse el silencio
y yo levedad.

2 comentarios:

Aioria90 dijo...

Muy bueno Jose. Ese viejo sueño de libertad de nuestras almas esta muy bien representado en este poema. Abrazo cordial

JOSE CUERVO dijo...

hey aioriaaa que gusto que volviste por aca che en que andas!? un abrazo amigo