jueves, 9 de septiembre de 2010

Dormir

El problema principal sigue siendo mantenerme despierto un poco más, mientras decido si debo ya dormir o no. Son las tres y cuarto de la mañana. Acaba de pasar un minuto más. Si resisto un poco màs quizás llegue al amanecer y ya no deba dormir hasta la noche siguiente. O quizás aún tenga tiempo de dormir y conciliar un sueño suficientemente reparador como para despertarme a tiempo, antes de que se despliegue la rutina del nuevo dia. Es entretanto un poco confuso escribir al respecto, dado que al hacerlo extiendo mi vigilia y se aleja más la posibilidad de descansar, lo cual me preocupa un poco. El silencio continua reinando. Los pasillos de la clìnica permanecen desiertos desde hace horas. Sólo me he cruzado con dos personas al salir al estacionamiento a tomar aire. Esas personas fueron un vigilante y una enfermera. Creo que será mejor descansar. La camilla del consultorio de ecografìa servirá por esta noche. La oscuridad reinará en este habitàculo. Yo me esmerarè en quedarme dormido. Calculo que en un cuarto de hora debo estar inconciente. Entonces no me preocupará nada más. Es extraño abandonar la conciencia para dormir, cuando en el mundo conciente se encuentra ella, dormida ya, de guardia en otra clìnica.