lunes, 29 de diciembre de 2008

junio con frio

Cuando te fuiste y me dejaste la tarea de no rendirme en mi búsqueda de una palabra que defina el sentido de mi sentimiento mayor, de inmediato te añoré y vislumbré aquella palabra mágica y divina dibujada en mi corazón. No eran los poemas y ya... No eran las fotos en blanco y negro que atesoraba mi alma... Era algo mucho, mucho más precioso. Era tu nombre... Liz... y ya.
Me fui de Sao Paulo dejando tu pitita de colores en el tejado. Me fui directo a tus brazos y en la boca me dibujé tus besos con tus labios.

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