Celebro un rito con mi cuerpo
lo divido y lo reparto a quien lo pida.
Alguien exige una parte de mis ojos
la arranca sin dar explicaciones.
Un hombre alado reclama mi sexo y mi amplia cabellera.
Mi lengua atravesada la buscan cientos de mujeres intrascendentes
Quieren también mis labios y mi glande de montaña.
Un viejo oscuro y solitario ha pedido mis riñones,
las puntas de mis venas,
la esencia misma de mi sangre.
Doy todo lo que sea necesario,
y añoro que cada uno de mis huesos
sea lamido por un perro.
estado mental 94
No hay comentarios:
Publicar un comentario