miércoles, 11 de febrero de 2009

¡Apaga apaga!

Apaga la luz azulada del cielo
para no ver ya las estrellas
ni la Luna ni el Sol.

Cierra las llaves del caño del mar
para que se llenen las aguas de quietud
se detengan las olas
y queden asi quietas por siempre.

Procùrame estos favores
mas no olvides los que a continuaciòn aùn te pido.

Quiero que detengas los ànimos y los brios
de cada arroyo
de cada rìo

Y quiero que guardes las nubes
todas
para no verlas movièndose lentamente
para que no me escupan ni me orinen...
para esto ùltimo
tampoco las dejes hacer lluvia.

Detèn el viento que viene y va
para que no robe la arena de mi playa desierta
para no escucharlo soplar en la tarde solitaria...
Y, para no escucharlo callar, en la quietud de la cima de los cerros
destruye cada piedra
destruye cada cerro
que muera cada rosa
que muera cada poeta
y si no quieres matarlos
que vivan en otro planeta.

Te pido al menos cumplas lo del viento...
Que ni vaya ni que venga
simplemente que desaparezca...
ya lo otro...
las rosas y los poetas...
eso yo lo arreglo.

Y bàjame el volumen de la ciudad
y no permitas que ninguno de ellos se me acerque
Dèjalos allà lejos
que se maten y se destruyan entre ellos
pero que no me hagan bulla
yo quiero estar tranquilo
yo quiero dormir la soledad sereno
y si me despierto
quiero vivir en silencio.

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