lunes, 9 de febrero de 2009

Mujer delgada


Había una mujer delgada y blanca habitándome los sueños.
Ella miraba y susurraba mientras, curiosa y cauta, se acercaba.
Sus brazos pálidos y ondeantes se acoplaban a mi sigilosos
como tímidas extremidades que no hubieran tocado nada nunca antes.
Y su mirada era transparente y cautivante
dejándome la sensación de haberla visto ya antes.

Mujer que se contonea sobre sábanas amplias y abandonadas;
empiezo a sentirme tan cerca de la calma.
Está desnuda su alma
Me mira enigmática y encantada.
Escucho una dulzaina... Todo es tan suave
como en el agua... como debajo del agua.

Noto los esbozos claviculares y vertebrales bajo su piel templada y cálida
Ella es también muy suave y ahora me abraza
y ahora se recuesta sobre mi espalda
Me aplasta sus pechos frios contra mi dorsal ancho
me clava sus pezones erectos, helados, en las raices escapulares
Sus cabellos húmedos
sus labios, su mirada...
ah su mirada!
No me canso de estar en ella;
no me canso de soñarla..

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